En 1939, el Presidente Lázaro Cárdenas reconoció ampliamente la veteranía y la “Condecoración del Mérito Revolucionario” tanto a hombres como a mujeres. En el archivo histórico militar existe un alista donde están los nombres de los actores femeninos del movimiento revolucionario.
Para obtener las condecoraciones de veteranas de la Revolución —es decir, diplomas, medallas y una recompensa económica—, las excombatientes debieron presentar los documentos que acreditaban su participación; ésta se comprobó a través de sus propios relatos, avalados por dos constancias de participación, así como de fotografías, impresos, cartas, telegramas, recortes de periódicos, nombramientos y en general documentos oficiales firmados por Madero o Carranza, los cuales se resguardan actualmente en el archivo histórico militar de la Secretaría de la Defensa Nacional.